El otro día esperando vi como
un joven con unas pintas “de esas que llamamos raras” ayudaba con el carrito de un bebe a una mujer que
intentaba subir al transporte público. Fue entonces cuando además de decirle al
protagonista de la escena irónicamente eso de “y dicen que los jóvenes van solo
a los suyo” con una amplia sonrisa, empecé a darle vueltas a un tema que tenía
que exponer a padres y madres para fomentar justo esto, el ponerse en la piel
de los otros, lo que llamamos empatía
Pensando en alto empecé a
trabajar el discurso con varia ideas que hoy me gustaría acercaros. Pensé en
que en los últimos años todos hemos oído hablar de Inteligencia Emocional y de
la importancia que tiene tanto el desarrollo como el control de la emociones y
de llegar a ser una persona de éxito en la vida.. Aunque la inteligencia
emocional va algo más allá pues nos acerca a la importancia que tienen “otras Inteligencias”
para conquistar una buena calidad de vida, lo que repercutirá directamente en
nuestra felicidad, y en nuestro caso en la de nuestros hijos e hijas. Así que
cuando escuchabas la palabra inteligencia, te venía a la mente el concepto de
pruebas de coeficiente intelectual. La inteligencia se define a menudo
como nuestro potencial intelectual, algo con lo que nacemos, algo que se puede
medir y una capacidad que es difícil de cambiar. En los últimos años, sin
embargo, han surgido otros puntos de vista de la inteligencia. Investigadores
como John Mayer y Peter Salovey, H.Garner , así como escritores como Daniel
Goleman han ayudado a arrojar luz sobre la inteligencia emocional, por lo que
es un tema candente en áreas que van desde la gestión empresarial a la
educación. La inteligencia emocional es definida como la capacidad de gestionar
nuestros sentimientos.
Mientras
tanto, los psicólogos John Mayer y Peter
Salovey desarrollaron el concepto de "inteligencia
emocional", como está hecho de los cinco "competencias" o
habilidades:
Según Salovey
y Mayer, la inteligencia emocional es el manejo inteligente de nuestras emociones, es la capacidad de sentir,
entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos. Estas
habilidades podemos clasificarlas en dos grupos:
Inteligencia interna (de
autoconocimiento):
- · La autoconciencia (capacidad de saber qué está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo)
- · El control emocional (regular la manifestación de una emoción y/o modificar un estado anímico y su exteriorización
- · La capacidad de motivarse y motivar a los demás.
- · La empatía (entender qué están sintiendo otras personas, ver cuestiones y situaciones desde su perspectiva), y
- · Las habilidades sociales (habilidades que rodean la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal, y que pueden ser usadas para persuadir y dirigir, negociar y resolver disputas, para la cooperación y el trabajo en equipo).
Importancia de estas habilidades prácticas
Para
resumir sobre su importancia, saber que la Inteligencia Emocional tiene cinco habilidades prácticas que son útiles para cuatro áreas
fundamentales de nuestra vida:
¨ Ayudan a nuestro bienestar psicológico, base para el desarrollo armónico y equilibrado de nuestra
personalidad.
¨ Contribuyen a nuestra buena salud
física,
moderando o eliminando patrones y/o hábitos psicosomáticos dañinos o
destructivos, y previniendo enfermedades producidas por desequilibrios
emocionales permanentes (angustia, miedo, ansiedad, ira, irritabilidad, etc.).
¨ Favorecen nuestro entusiasmo y
motivación
que forman parte de distintas áreas de la vida está basada en estímulos
emocionales.
¨ Permiten un mejor desarrollo de nuestras relaciones con las personas, en el área familiar-afectiva,
social y laboral-profesional. En este último plano, la Inteligencia Emocional
significa llevar a un nivel óptimo la relación entre las personas: determina
qué tipo de relación mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo), con
nuestros superiores (adaptabilidad) o con nuestros pares (trabajo en equipo).
Las emociones determinan cómo respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y
funcionamos en el trabajo y/o la empresa.
¿Qué es la empatía?
La
empatía es la capacidad de entender
los pensamientos y emociones ajenas, de ponerse en el lugar de los demás y compartir sus sentimientos.
"No es necesario pasar por las mismas vivencias y experiencias para entender mejor a los que nos rodean, sino ser capaces de captar los mensajes verbales y no verbales que la otra persona nos quiere transmitir, y hacer que se sienta comprendida de manera única y especial"
La empatía
se da en todas las personas en mayor o m
La capacidad para la empatía empieza a
desarrollarse en la infancia.Los padres
y las madres son los que cubren las necesidades afectivas de los hijos y
los que les enseñan, no solo a expresar los propios sentimientos, sino
también, a descubrir y comprender los de los demás.
Si
los padres no saben mostrar afecto y comprender lo que sienten y necesitan sus
hijos, estos no aprenderán a expresar emociones propias y por consiguiente, no
sabrán interpretar y sentir las ajenas.
¿Cómo se desarrolla la Empatía?
- La empatía se da en todas las personas en mayor o menor grado.
- No se trata de un don especial con el que nacemos, sino de una cualidad que podemos desarrollar y potenciar.
- La capacidad para la empatía empieza a desarrollarse en la infancia.
- Los padres son los que cubren las necesidades afectivas de los hijos y los que les enseñan, no solo a expresar los propios sentimientos, sino también, a descubrir y comprender los de los demás.
- Si los padres no saben mostrar afecto y comprender lo que sienten y necesitan sus hijos, estos no aprenderán a expresar emociones propias y por consiguiente, no sabrán interpretar y sentir las ajenas.
- De ahí la importancia de una buena comunicación emocional en la familia desde el principio.
- La capacidad para la empatía se desarrollará más fácilmente en aquellas personas que han vivido en un ambiente en el que han sido aceptadas y comprendidas, han recibido consuelo cuando lloraban y tenían miedo, han visto como se vivía la preocupación por los demás...
Barrera que dificultan la Empatía
Muchas veces hemos podido
preguntarnos por qué la gente no busca apoyo en nosotros o se retraen a la hora
de hablarnos de sentimientos.
Existen
una serie de barreras que suelen impedir este acercamiento. Entre los errores
que solemos cometer con más frecuencia a la hora de relacionarnos con los demás
están esa tendencia
a quitarle importancia a lo que le preocupa al otro e intentar ridiculizar sus
sentimientos;
escuchar con prejuicios y dejar que nuestras ideas y creencias influyan a la
hora de interpretar lo que les ocurre; juzgar y acudir a frases del tipo
"lo que has hecho está mal", "de esta forma no vas a conseguir
nada", "nunca haces algo bien"... ; sentir compasión; ponerse como ejemplo por haber pasado por las mismas
experiencias; intentar animar sin más, con frases como "ánimo en esta vida
todo se supera"; dar la razón y seguir la corriente....Todo esto, lo único
que hace es bloquear la comunicación e impedir que se produzca una buena
relación empática.
Las
personas que están excesivamente pendientes de sí mismas tienen más
dificultades para pensar en los demás y ponerse en su lugar.
Por lo tanto, para el
desarrollo de la empatía tendríamos que ser capaces de salir de nosotros mismos e intentar entrar en
el mundo del otro.
La enseñanza de la empatía
Esto puede
sonar extraño si se piensa en la empatía como un talento - algo que se tiene o
falta. Pero
la investigación también sugiere que la empatía es un fenómeno complejo que
implica varias habilidades componentes:
- Un sentido de auto-conciencia y la capacidad de distinguir los propios sentimientos de los sentimientos de los demás.
- Tomar la perspectiva de otra persona (o, alternativamente, "ponerse en los zapatos de otra persona").
- Ser capaz de regular las propias respuestas emocionales de uno.
Estas
habilidades pueden parecer-una cuestión común, las habilidades sociales mayores
de edad, y de hecho lo son. Sin
embargo, incluso los adultos pueden tener problemas con estas habilidades
Importancia de fomentar estas habilidades prácticas
1. Atienda las
necesidades de su hijo/a:
Los
estudios sugieren que los niños son más propensos a desarrollar un fuerte
sentido de la empatía cuando sus propias necesidades emocionales se están
cumpliendo en el hogar.
los niños son más propensos a mostrar
preocupación empática por los demás si tienen padres que les ayuden a hacer
frente a las emociones negativas de una manera comprensiva y orientada la
resolución de problemas
2. Trate a su
hijo/a como una persona con pensamiento propio:
Trate a su hijo como un individuo
con una mente propia, y hablar con ella acerca de las formas en que nuestros
sentimientos influyen en nuestro comportamiento
3. Aprovechar las
oportunidades cotidianas
Para modelar e inducirles a simpatizar con los sentimientos
por otras personas. Al
modelar el comportamiento empático y señalando situaciones que requieren
empatía, los padres pueden generar respuestas empáticas en sus niños. Por
ejemplo, si usted y su hijo ve que alguien está siendo víctima (en la vida real,
en la televisión, o en un libro), hable con su hijo acerca de cómo esa persona
debe sentir
4.
Ayude a sus hijos e hijas a descubrir lo
que tienen en común con otras personas
Los
niños son más propensos a sentir empatía por las personas que le son familiares
y / o similares a ellas
5.
Ayuda a los niños explorar otros roles y perspectivas
Como
se señaló en la introducción, la empatía implica la toma de perspectiva desde
el punto de vista del otro.
Historias-de
los libros o la televisión-son oportunidades para que los niños a practicar las
habilidades de toma de perspectiva. ¿Qué piensan los personajes, creer,
desear, o sentir? ¿Y cómo lo sabemos?
6. Jugar a
poner caras expresando sentimientos:
Los
experimentos muestran que simplemente "poniendo caras emocinales" del
que hace una expresión facial puede hacernos experimentar la emoción asociada. Por lo tanto,
parece probable que podamos "impulsar" nuestros poderes empáticos
imitando las expresiones faciales de las personas que queremos empatizar
7.
Enseñe a sus hijos e hijas (más mayores) sobre los mecanismos de desconexión
moral
La
investigación ha demostrado que el promedio, la gente bien adaptados pueden ser
persuadidos para dañar a otros (incluso torturarlos ) siempre y cuando cuenten
con la justificación derecha.
En
una famosa serie de experimentos desarrollados por Stanley Milgram, de la
Universidad de Yale, se dijo a los sujetos que estaban participando en un
"experimento de aprendizaje" que les obligaba a administrar descargas
eléctricas dolorosas a otra persona
INSPIRE
BUENOS SENTIMIENTOS, nada mejor que predicar con el ejemplo